El hidrógeno verde desempeña un papel clave en la transformación energética y el impulso de la transición hacia fuentes de energía más limpias y respetuosas con el medio ambiente.

La emergencia climática y la necesaria descarbonización obligan a introducir nuevas estrategias y modelos productivos ecológicos como la generalización del uso del hidrógeno verde. Esta solución energética no es contaminante por sí misma, por lo que se presenta como la alternativa más limpia y eficaz para sustituir las energías fósiles y reducir la emisión de dióxido de carbono.

Para conseguir el hidrógeno verde, es necesario un proceso químico conocido como electrólisis, que consiste en separar el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua a través de electricidad obtenida por fuentes renovables.

Energía verde versátil y almacenable

Una de las principales ventajas del hidrógeno verde es su capacidad de almacenarse y su versatilidad para usarse en los sectores económicos. Más allá de su utilidd en la automoción, también tiene aplicaciones en sectores industriales como la producción de acero, donde puede reemplazar los combustibles fósiles, o en la industria química para la producción de amoníaco verde, un fertilizante que apoyaría a la descarbonización de la agricultura.

Este fertilizante ya se produce en España a través de la planta de hidrógeno verde de Puertollano (Castilla La Mancha), la instalación en funcionamiento más grande de Europa que actualmente se encuentra en fase piloto. En este parque se genera hidrógeno verde que se transporta a una fábrica para producir el amoníaco sin contaminación.

El proyecto es el resultado de la colaboración entre Iberdrola y el fabricante de fertilizantes Fertiberia, quieres esperan en 2035 alcanzar las cero emisiones en este proceso de fabricación. De momento, con esta nueva instalación inaugurada el 13 de mayo de este año, la fábrica de Fertiberia ya ha logrado reducir un 10% las emisiones contaminantes emitidas al producir el fertilizante, pero la mayoría de la energía necesaria para fabricar el compuesto químico sigue siendo el hidrógeno gris, aquel que se genera a partir de las energias fósiles como el gas natural.

Los primeros pasos

Estas iniciativas pioneras en el sector son muy importantes porque juntar la producción y el consumo de hidrógeno permite crear microproyectos circulares que sirven para demostrar al resto del mercado, que el hidrógeno verde es competitivo.

El uso del hidrógeno verde todavía es muy residual. Los altos costes de producción y la gran demanda de energía renovable que requiere la electrólisis, frena el desarrollo de esta alternativa energética, que con inversión y financiación podría llegar en costes con las fósiles. Por ese motivo, la mirada ahora está puesta en apostar por usar el hidrógeno verde en aquellos sectores más difíciles de transformar, como la industria química de los fertilizantes.

España, potencial líder del sector

España es uno de los países con más opciones para convertirse en el líder europeo del hidrógeno verde. Hasta el momento se han invertido 21.000 millones de euros en el país para desarrollar proyectos e investigaciones científicas para esta alternativa energética. Esta cifra casi triplica las expectativas del Gobierno, que había señalado una meta de 8.900 millones en su Hoja de Ruta del Hidrógeno aprobada a mediados de 2020.

La Agencia Internacional de la Energía estimó el año pasado que España representaría la mitad del crecimiento de Europa en capacidad renovables dedicada a la producción de hidrógeno. Su posición estratégica y la importante red de fuentes de energías renovables que dispone le permiten partir con ventaja inicial a la hora de implantarse en la naciente economía del hidrógeno verde mundial. Una situación que no solo le daría independencia energética, también le abriría las puertas al mercado internacional como posible exportador.

Fuente: El Periódico

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